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Los cuidadores, el rostro oculto de las personas con cualidades distintas

Hablemos de los cuidadores, esas personas que se convierten en verdaderos ángeles para quienes tienen cualidades distintas.

Según el DANE en el 2019 la población en condición de discapacidad en Colombia era aproximadamente de 3’065.361 personas en Colombia, es decir un 7,1% de los habitantes.

Cada una de la mayoría de estas personas cuenta en su vida con un cuidador, persona que se hace cargo de su acompañamiento y bienestar. Usualmente quienes hacen de este rol son los padres, madres, hijos e hijas o algún personal contratado y en casos de las instituciones algún voluntario.

Este rol es poco visible y reconocido socialmente, cada ser que hace de cuidador tiene la responsabilidad de proteger con paciencia y amor una vida. Ellos son la otra cara de las personas con cualidades distintas.

Teresa Sánchez, es la madre de Eduardo Frontado, comunicador social y
defensor de los temas de inclusión laboral. Frontado nació con parálisis cerebral. Para Eduardo el rol de liderazgo de su mamá ha sido esencial para tener la vida que tiene, ella lo ha tratado como a cualquiera de sus hermanos y lo ha acompañado sin sobreprotegerlo.

Más que su cuidadora, su madre es su líder vital, es esa persona que a Eduardo le hace la vida más fácil en lo físico, mental y emocional. Es la mujer responsable de poner mano dura cuando es necesario. Es la única que es capaz de ejercer sobre Frontado un proceso de influencia inspirador y retador, pero siempre desde el respeto y el amor más absoluto. Según Frontado una de las mayores ventajas que tiene su madre como líder vital es que no permite actitudes compasivas, ni manipulaciones, pues conoce hasta dónde puede llegar y así mismo le exige cada vez.

“Una de las enseñanzas más importantes que he tenido al lado de mi madre es que el hecho de tener cualidades distintas es un privilegio y nunca una barrera. Otro de los tantos beneficios de tener un familiar como cuidador es que participa de manera importante en la forma de interpretar las distintas situaciones, sabe cómo hacerme reaccionar en contextos dolorosos y su nivel de exigencia me lleva a buscar procesos superiores de logros y desarrollo personal”, asegura Eduardo.

La realidad es que muchos de los cuidadores se convierten en parte indispensable del proceso de la persona y más cuando son cuidadores dentro del núcleo familiar.

Para Eduardo su madre ha sido maravillosa y él es consciente que no todos los que padecen de alguna discapacidad física cuentan con esa fortuna, hay algunos que se cruzan en el camino con cuidadores sin empatía y voluntad. Los calificados como buenos cuidadores suelen ser cariñosos, pacientes, colaboradores y la mayoría de ellos protectores.

“Desde mi perspectiva como persona con cualidades distintas, un cuidador tiene la gran responsabilidad de coadyuvar en el desarrollo de esa persona para el logro de su máximo potencial, ser felices. La importancia del cuidador en la vida de nosotros es significativa, ejerce el rol del mediador ante las frustraciones y desencuentros con la realidad, apoya con nuestro objetivo principal que es lograr la independencia personal, siendo en gran medida autosuficientes. Nosotros aprendemos del cuidador, su capacidad de resiliencia, su cualidad de ver las cosas siempre con una mirada positiva y de crecimiento. Esa búsqueda continúa de superación nos motiva a comprender que siempre el límite lo ponemos nosotros y no nos lo impone nadie.”

La experiencia de vida que tiene un cuidador con las personas con cualidades distintas, les permite valorar la importancia del encuentro con el otro, agradecer cada día por su salud, ser más valiente gracias al contacto con esa persona genuina, sincera y frágil pero decididamente fuerte para levantarse y seguir caminando, aceptando el reto de vencer las barreras que les ponen los demás sin que esto disminuya su identificación y compromiso con su vida.

“El rol que cumplen en este tiempo de pandemia los cuidadores es generar apoyo para reducir la ansiedad de la situación, permitiendo que nuestra calidad vida siga sin disminución de nuestro proceso físico, a falta de no seguir con la rutina de terapias, nos ayudan a enfocarnos más para que la fe habite y el crecimiento no se olvide.”

Sin duda acompañar y proteger a una persona con cualidades distintas es un rol de admirar y que, si bien no se reconoce como tal, quienes hacen parte del camino de estos seres, agradecen su permanencia, disciplina, vocación y amor con que les hacen la vida más fácil. No hay limitante que obstaculice la vía cuando estas personas aparecen en su historia.