La normalización de mi condición: Una perspectiva sobre Bogotá y Málaga, España
Enfrentar mi condición con normalidad y no ser una fuente de tragedia me hace sentir afortunado. He tenido la oportunidad de viajar y comparar los atributos y oportunidades de mejora que pueden tener algunas ciudades alrededor del mundo, como Málaga y Bogotá. Málaga provincia de Andalucía, España, en particular, representa para mí el deber, la asociación directa a médicos, tratamientos y una calidad de vida no negociable.
Málaga, con una población de 579,076 habitantes y seis hospitales públicos, es una ciudad dedicada a la atención médica y al bienestar humano. Debo admitir que, en términos de accesibilidad, es la ciudad más inclusiva en la que he estado. Sin embargo, en cuanto a la calidad del servicio e infraestructura de transporte, especialmente en lo que respecta a los taxis, todavía hay mucho por mejorar. Para ser una ciudad que se define por su enfoque médico y su dependencia del turismo, esta área necesita más trabajo.
Por otro lado, Bogotá, representa mi éxito personal, profesional y espiritual, a pesar de las barreras de accesibilidad que enfrento diariamente para llevar una vida medianamente normal con condiciones especiales. Una de las grandes cualidades de Colombia es la calidad del servicio y la disposición de su gente para tratar a los demás y servir al turismo.
La valoración de las personas con cualidades distintas
En Málaga, lo que más sorprende a los demás durante mis controles de tratamiento es que soy una persona productiva y capacitada. Creo firmemente que todos los seres humanos tienen el derecho de ser entrenados y de desarrollar su potencial cuando sea posible. Una de las razones por las cuales no considero a España como una buena opción para mí es que, en lugar de reconocerme como una persona capaz de desarrollar un potencial, se enfocan más en mi condición física. Lo único que me ofrecen es enroscar bombillos. No tengo nada en contra de ninguna profesión, pero considero que tengo un valor diferenciador que no se aprovecha.
Bogotá, por su parte, me ha permitido descubrir nuevos talentos, madurar mis ideas y convertir las barreras en oportunidades de crecimiento. A diferencia de España, donde me he sentido menospreciado, en Colombia he encontrado un espacio para crecer y ser valorado.
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Humanización de los espacios
Como seres humanos, debemos estar donde nuestra paz mental sea clave para encontrar talentos y descubrir nuestro propio valor, sin limitarnos por tener alguna cualidad distinta. En la época actual, es crucial no olvidar la importancia del proceso de humanización en todos los sentidos. Un tratamiento médico o un descubrimiento puede cambiar tu vida, pero también lo puede hacer el descubrir tus talentos y alimentar el alma y el profesional que llevamos dentro.
Humanizar nuestras experiencias y reconocer el valor de cada individuo, independientemente de sus condiciones, es esencial para una sociedad inclusiva y justa. A través de mis experiencias en Málaga y Bogotá, , he aprendido que la verdadera riqueza reside en la capacidad de cada persona para superar sus barreras y florecer en un entorno que valore sus capacidades únicas.
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