artículos

Atrévete a romper tus propias barreras: Una reflexión sobre los cambios y el crecimiento

En la sociedad actual, donde la tecnología permea cada aspecto de nuestras vidas, he reflexionado sobre la manera en que enfrentamos los cambios. Como persona analítica, he sentido muchas veces el miedo a dar el paso, temeroso del rechazo o de lo que podrían pensar los demás. Sin embargo, este temor nos pone en un dilema constante: cómo evolucionar en un mundo que exige adaptación rápida y constante.

La tecnología, esa herramienta que nivela e incluye, también rompe paradigmas y nos empuja fuera de nuestra zona de confort. En particular, las redes sociales han transformado la manera de trabajar y comunicarnos, brindando oportunidades sin precedentes tanto a nivel personal como profesional. No obstante, este ritmo vertiginoso también puede resultar abrumador. Muchos se enfrentan al desafío de adaptarse y descubrir que su mayor obstáculo no está en el entorno, sino en ellos mismos.

Hace poco, inspirado por un famoso youtuber venezolano, decidí sumarme a un reto de 15 días sobre estrategias de creación de contenido. El objetivo: aprender cómo vivir de esta actividad. Aunque en la parte teórica me desempeñé bien, al enfrentarme a la parte práctica, como grabar videos, emergieron prejuicios que ni siquiera sabía que tenía. Fue en ese momento cuando me cuestioné: ¿Por qué a veces somos tan receptivos a los cambios pero, al mismo tiempo, tememos dar el salto?

La respuesta radica en nuestra capacidad para juzgarnos con dureza. Como seres humanos, solemos enfocarnos en nuestras debilidades, temiendo que los demás las noten. Pedir ayuda puede parecer un signo de vulnerabilidad, pero en realidad es una demostración de valentía y determinación.

Este curso no solo fue un aprendizaje técnico, sino también una lección de vida. Tuve que enfrentarme a mis propias barreras mentales y prejuicios, y al final, descubrí algo fundamental: las barreras que nos limitan a menudo son una forma de castigo autoimpuesto. Cuando decidimos enfrentarlas y transformarlas, se convierten en oportunidades de crecimiento.

El resultado de este reto fue sorprendente. No solo aprendí nuevas habilidades, sino que también reforcé mi confianza y mi imagen ante mis compañeros. Más importante aún, comprendí que cada obstáculo es una prueba que nos prepara y forja como personas. La clave está en no ser nuestra propia barrera y en recordar que, aunque lo humano nos identifica, lo distinto nos une.

Cada uno de nosotros tiene el poder de convertirse en un agente de cambio positivo. Al traspasar nuestras propias barreras y ayudar a otros a hacer lo mismo, generamos un impacto que trasciende nuestras propias vidas. En un mundo donde la tecnología está en constante evolución, el verdadero desafío es mantenernos fieles a nuestro deseo de crecer y transformar las adversidades en oportunidades. La diferencia radica en atreverse a dar el paso, abrazar los cambios y en recordar que lo esencial no es la perfección, sino el aprendizaje constante.

./EFS

También puede leer: El poder de creer: cómo la voluntad y la esperanza cambian destinos

Diversidad Inclusión Neurodivergente